martes, 15 de septiembre de 2015

Veinticinco.

El título de la entrada es mentira. 
Hace mucho que fue el día feliz número 25.
Hace mucho que fue el día feliz número 50
Hace mucho que fue el día feliz número infinito.
Y podría intentarlo con más ahínco, pero últimamente pierdo la cuenta de casi todo, desde tus huellas hasta mis mordiscos de porcelana vieja.
Podría hablar de todo el tiempo que llevo sin pasar por aquí, de la de noches sin dormir que no os he contado, o de cuánto me gusta no tener tiempo para ello.
Pero no.
Hoy no.
Hoy sólo vengo a reflejar algo que ha hecho que el mundo se derrita a mi alrededor avergonzado de no poder competir.
Porque hay cosas tan bonitas que hay que gritarlas a voces. O escribirlas bajito.

"¿Entonces te veré mañana?"
Beso largo y profundo. Lento. 
Pucherito: "eso no responde a mi pregunta",
Asentimiento de cabeza.
Sonrisa que iluminaría hasta un cementerio en una película de zombies: "entonces no te echaré tanto de menos. Bueno, no, a quién quiero engañar. Pero te veo mañana".

No hay más. Ni menos. Pero en realidad ni siquiera alcanzo a imaginar qué más podría haber. Querer. Ser.
No sé si espera que algún día deje de estar loca por él.
Pero ya puede esperar
bien sentadito.

#100happydays

No hay comentarios:

Publicar un comentario